Saturday, February 10, 2007

Atardecer

Ilusiones que fluyen por el
cielorraso de los espectros.
Viaje al país de las sombras
largas. Estamos listos para
el amor. Es un lugar blando,
parece no haber dolor. Eso
dicen. Las serpientes verdes llevan
en sus bocas todo el conocimiento.
También hay voces de niños. De
niños que ríen y fuentes de agua
cristalina bajo el sol.
El sol es un párpado rasgado
por florecillas violetas en forma
de nubes.
La gente va toda para un
mismo lado, como un denso y lento
cardumen. Acechan tiburones
vigilados por linternas. Allí
hay tanto silencio que parece
pesado. Una atmósfera pesada
como un murmullo de viejas
tomando el té.
Se pueden escuchar las sirenas
a lo lejos, mientras los edificios
se desdoblan en reflejos húmedos
por el calor. El ruido del acero
es insoportable, aunque su brillo
sea tan bello... Es
la sensación cuando se aproxima
el amor y cuando éste nos invade,
una angustia bella y triste
que se instala como el sordo
ruido de las olas y su insistencia,
su afán de repetición...
¿ Por dónde perseguir al horizonte
y su rayo verde que se desvanece
fulgurante en su quietud ?...
Majestuoso silencio, tristeza de
lápices afilados...
La brisa me despierta al tiempo.
Virtud de lo real cercando el
anochecer de un sueño.

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